Lograr transformar una vivienda de 80 metros cuadrados en Madrid, originalmente muy fragmentada y con un vestíbulo de acceso y un pasillo muy oscuros, en un espacio fluido y luminoso, fue el reto al que Paul Galindo Pastre y Ophélie Herranz Lespagnol, de PYO arquitectos, se enfrentaron en este proyecto. «Una intervención con un objetivo muy claro: lograr aportar luz natural a la zona del acceso y el pasillo, y acercar el espacio de la cocina al salón» señalan los arquitectos. Un regalo de proyecto para los que buscan casas pequeñas.
El proyecto favorece un entorno doméstico de relación al vincular, visual y programáticamente, vestíbulo y cocina. Convertida en un espacio de carácter social directamente relacionado con la entrada de la casa, la cocina extiende así su uso más allá del mero hecho de cocinar y comer.
Nada más entrar, un dormitorio orientado a 45 grados respecto al resto de estancias introduce una nueva dirección en el uso de la vivienda, articulando vestíbulo y cocina. El giro queda reflejado en su uso, la disposición de pavimentos y el tratamiento de los planos verticales.
El alicatado cerámico de la cocina se despliega hasta la zona de entrada, dando lugar a un espacio entre dos usos y dos materialidades, que permite que la luz natural llegue hasta la puerta de acceso a la vivienda.
El mismo alicatado se utiliza también en los baños, con variaciones en el color de sus juntas: gris en vestíbulo y cocina, y rojo y azul en baños.
Al fondo de la casa y abierta a la calle a través de generosos ventanales, el área más luminosa se ha reservado para el salón-comedor, un espacio de estilo ecléctico y lleno de color.
La luz natural del patio penetra hacia el pasillo a través de huecos longitudinales abiertos en la parte superior de los tabiques, donde los detalles de carpintería de contrachapado han sido trabajados con sumo cuidado. «Hemos querido dejar a la vista el montaje de los elementos que conforman la carpintería, definiendo así las transiciones entre materiales y planos a través de la graduación de sombras y espesores» explican Paul y Ophélie.