En la capital cántabra, ZOOCO ESTUDIO ha diseñado El Camino. El nuevo restaurante asiático, donde el protagonista es el pescado crudo en sus diferentes versiones, sumerge a los visitantes en un ambiente relajado, cálido y acogedor, pero con un toque diferente y único.
Situado en El Sardinero, una de las zonas más emblemáticas de Santander a orillas del mar, El Camino abre impresionantes vistas a la playa La Segunda. Este entorno inmejorable sirve como telón de fondo al proyecto de Miguel Crespo Picot, Javier Guzmán Benito y Sixto Martín Martínez, de ZOOCO STUDIO, cuyo diseño traslada al local el mundo marino; pero lo hace lejos de los tópicos y del imaginario colectivo del mundo del mar.

Abstracto y curvilíneo
«El restaurante se plantea como una abstracción materializada en texturas y formas que nos recuerdan a un universo marino presente tanto en el contexto, como en la comida», cuentan los arquitectos. A partir de ahí, todo se organiza en torno a una geometría curva que hace referencia al oleaje y se dispone en tres bandas.


Tres bandas
Mientras que la banda inferior acoge la barra y todos los bancos corridos circulares, la banda intermedia, más dura y resistente, viste las paredes. Por encima de ellas, otra banda superior alberga la iluminación ambiente del local y la sobrebarra.


Lejos del imaginario popular
A nivel material, la solución se aleja de la estética de lo marino, eligiendo materiales nobles, temporales y cálidos, como la madera y el barro, en referencia a la estética asiática – japonesa. De esta forma, se logra que la tipología de restaurante japonés se descubra a través de lo material más que en lo formal.

«De abajo a arriba emergen la madera natural y los textiles en referencia al mundo curvilíneo comentado», cuentan desde ZOOCO. La geometría de escama en barro, en referencias a las pieles de los peces; y los cilindros plásticos, superficies transparentes y reflectantes representando los brillos de las aguas del mar, crean un entorno mágico.


En el suelo, el pavimento de terrazo representa a la perfección la idea de un suelo arenoso, completando el ideario marino que envuelve a los visitantes.

Un filtro exterior asomado al Sardinero
A nivel programático, el restaurante cuenta con un espacio exterior cubierto a modo de filtro y que pone en valor las vistas del local sobre el Sardinero.



Fotografía: Imagen Subliminal