La flexibilidad del uso es una de las particularidades de esta casona del siglo XIX situada en el centro de la capital balear, reformada por el joven estudio barcelonés XLMS, el cual, por cierto, al tratarse de su primer proyecto de rehabilitación, y teniendo la casa unas características tan especiales, han creado un blog en el que se puede ver todo el proceso de construcción.
Semana a semana, fase por fase. Todo ha quedado registrado en casametller.tumblr.com. De su estado ruinoso a una vivienda contemporánea en la que tradición y modernidad casan sin estridencias. O al menos nadie lo diría viendo el exterior.
Construida en 1850, el nombre de la casa no es de la época sino idea de los arquitectos, tras plantar un almendro en el patio de la vivienda.
Con 140 metros cuadrados, la casa está dividida en dos plantas, la de abajo más longitudinal que la de arriba y ahora con una parte bastante diferenciada del resto estéticamente. La casa incluye, como decíamos, un patio interior en la planta baja y una terraza en la primera, aprovechando la cubierta de la parte que sobresale de la planta baja.
Antes de la rehabilitación constaba de dos fachadas y un muro central, los tres de piedra y un grosor de 60 centímetros. El muro central provocaba una partición vertical en el edificio, generando dos espacios en casa nivel, cuatro en total.
Pero s’Ametller es una casa del siglo XIX para disfrutarla en el XXI y puesto que sus propietarios, una pareja, quiere disfrutarla como residencia de vacaciones tanto para ellos como sus familiares y amigos, el propósito era que se adaptara en cada ocasión.
Tras la intervención de los arquitectos, ahora la planta baja ha quedado dividida en tres zonas y por tanto la casa está formada por cinco espacios abiertos. Con una particularidad dos de ellos – el salón y la cocina – son permanentes y de uso común, y los otros tres se pueden dividir gracias a la instalación de paredes de policarbonato.
De este modo, descontando los baños y otras áreas, la casa, que cuenta con una nueva ventana y puertas más altas, puede ofrecer desde un dormitorio hasta cuatro, con cada espacio cumpliendo una función determinada en cada ocasión y diferenciándose del resto con detalles como el revestimiento de los suelos.
El interiorismo quería armonizar tradición y modernidad. Por ello han combinado materiales locales como rasilla cerámica y paredes pintadas a la cal con soluciones modernas como madera laminada y policarbonato.
“Dejamos la envolvente de la casa original para conservar el estilo pero mostramos nuestra intervención de manera destacada con la fachada de acero y policarbonato en el nuevo volumen de la planta baja”, explica Xavier Lozano, uno de los arquitectos.
Fotografías: José Hevia.